Los investigadores del Grupo de Señal y Comunicaciones de la UPV/EHU han desarrollado un algoritmo para guiar una maniobra de reanimación cardiopulmonar efectiva, que a partir de la aceleración del pecho calcula la profundidad y la frecuencia a las que se están realizando las compresiones torácicas. La prestigiosa revista PLOS ONE se hace eco de la investigación publicando una validación del algoritmo con señales de aceleración registradas en episodios reales de paradas cardiorrespiratorias.
En caso de una parada cardiorrespiratoria, dos actuaciones son clave para la supervivencia del paciente: la reanimación cardiopulmonar (RCP) y la desfibrilación. La RCP consiste en comprimir el pecho del paciente de forma rítmica para generar un mínimo flujo de sangre que minimice el deterioro de los órganos vitales (corazón y cerebro). Por otro lado, la desfibrilación consiste en aplicar una descarga eléctrica para tratar de revertir la arritmia. “Es fundamental realizar la reanimación cardiopulmonar bien para que la maniobra sea efectiva, y esto no es fácil ni siquiera para personal muy entrenado, ya que hay que comprimir el pecho con la frecuencia y profundidad adecuadas (entre 100-120 compresiones por minuto y entre 5 y 6 cm)”, explica Digna María González-Otero, autora del trabajo.
La calidad de las compresiones está relacionada con la supervivencia del paciente. Por esta razón las guías de resucitación recomiendan el uso de sistemas de feedback que monitorizan la calidad de la RCP en tiempo real. “Estos dispositivos se sitúan generalmente entre el pecho del paciente y las manos del reanimador, y guían al reanimador para ayudarle a alcanzar la profundidad y frecuencia de compresión objetivo”, indica la investigadora de la UPV/EHU.
Para ello, los investigadores del Grupo de Señal y Comunicaciones de la UPV/EHU han desarrollado un algoritmo que calcula la profundidad y la frecuencia de las compresiones a partir de la aceleración del pecho. “Es decir” —apunta González-Otero—, “solo con un acelerómetro colocado sobre el pecho del paciente podríamos medir en tiempo real la profundidad y frecuencia con que se están aplicando las compresiones y corregir si es necesario al reanimador para que haga una RCP de calidad”.
Próximamente a la venta
El trabajo publicado en la prestigiosa revista PLOS ONE valida el uso del nuevo algoritmo demostrando que es muy preciso en la estimación de la frecuencia y la profundidad de las compresiones cuando se analizan señales de aceleración medidas en el pecho de pacientes reales con una parada cardiorrespiratoria.
A la vista de los resultados obtenidos, la empresa Bexen Cardio de Ermua está empezando a comercializar un dispositivo de ayuda a la RCP que utiliza este algoritmo. Es un dispositivo flexible, muy fino y parecido a una almohadilla. “El dispositivo funciona conectado al desfibrilador, y es la pantalla del desfibrilador la que indica al reanimador si tiene que apretar más fuerte, ir más rápido etc.”, indica Digna María González-Otero. “Digamos que es un accesorio sencillo e intuitivo de un desfibrilador que está orientado sobre todo a los servicios de emergencia”, añade. De hecho, “ciertos servicios de emergencia ya lo están usando para validar su uso en pacientes reales, ver si funciona como se esperaba, si es cómodo para el reanimador, si cumple con las expectativas…”, apunta González-Otero. Teniendo en cuenta los resultados que se están obteniendo, se prevé que en unos meses se lleve a cabo su comercialización masiva.